La llegada de José María Garzón puede influir directamente en la composición de los carteles de la próxima Feria de Abril. Su gestión en otras plazas demuestra que apuesta por figuras consolidadas mezcladas con jóvenes emergentes, algo que podría renovar el ambiente en Sevilla sin romper la tradición. Además, se espera que impulse nuevas estrategias de comunicación para atraer a un público más amplio, especialmente a los aficionados jóvenes, un reto que la Maestranza llevaba tiempo afrontando sin demasiados cambios.

En lo artístico, fuentes del sector apuntan a que Garzón podría revisar los criterios de contratación y buscar un mayor equilibrio entre ganaderías clásicas y otras que han destacado en los últimos años, lo que daría más variedad a la temporada. A corto plazo, los abonados miran este cambio con curiosidad: la ruptura con casi cien años de gestión continuada abre una etapa que, aunque incierta, promete movimiento en el ruedo y fuera de él.